A mi método para enseñar a un niño a ir al baño le llamo “lavado de cerebro”. El enfoque es introducir en su subconsciente la necesidad, técnica y emoción de utilizar el baño solito antes de siquiera mostrarle una bacinilla. Cuando llega el momento, tu pequeño querrá y sabrá qué hacer. Créeme, es muy fácil.

¿Está tu hijo listo para aprender a ir al baño?

La edad óptima es relativa. Antes las madres buscaban sacarlos de los pañales cuanto antes. Ahora la prioridad es el nivel de madurez del niño y su habilidad de controlar esfínteres. Según la Academia de Médicos de Familia, el rango es entre 18 meses y tres años, pero yo digo que eso en realidad depende de tu hijo y tú lo puedes medir. Nada más recuerda que no hay prisa, y entre más maduro sea tu hijo, más sencillo será el proceso.

Puedes empezar con el “lavado de cerebro” cuando quieras –cuanto antes mejor–, pero la parte de la independencia en el baño llegará a su tiempo, cuando tu pequeño esté listo.

Paso 1. Inicia el lavado de cerebro

Por ahí de los dos años, cuando mi hijo demostró un poco de comprensión de su entorno y retención de conceptos, iniciamos el lavado de cerebro. Acá buscamos libros, vídeos y canciones sobre ir al baño. Cantábamos y bailábamos juntos sin objetivo alguno más que divertirnos juntos.

Como los niños aprenden por imitación, también debes dejarlo que te vea a ti, a papá y a los hermanos cuando van al baño. Esto debe ser algo muy natural. Puedes llevarlo contigo y cerrar la puerta, para explicarle que debemos ir al baño en privado.

El mensaje clave en esta etapa es “cuando seas grande tú también vas a usar el baño, como mamá y papá –pero todavía no–.”

La etapa de lavado cerebral debe ser parte de tu rutina. Canta las canciones y lee los libros todo lo que puedas. Hazle ver a tu pequeño que los niños mayores van al baño y él algún día lo hará, cuando sea grande –pero todavía no–.

Esta última parte del mensaje –todavía no– es vital, porque crea la expectativa y ansiedad. La prohibición se convierte en la técnica más efectiva para motivar.

Paso 2. Llegó el gran día

El día en que por fin tu pequeño vaya a usar el baño debe ser un evento grande, con regalos, premios, mucha emoción y toda la atención que puedas. Ojalá ese día puedas quedarte en casa solo con tu pequeño, o puedas involucrar a toda la familia y la atención se centre en tu hijo nada más.

Inicia con una bacinilla que le guste a tu hijo. Por fortuna ahora hay muchos diseños, con sonidos, colores y personajes. Envuelve su bacinilla como un gran regalo.

También te puede ayudar:

• Uno de esos muñecos que pueden ir al baño, como las Baby Alive y Little Mommy, a los que puedes darles líquidos y luego van al baño.
• Un cuadro de recompensas donde tu pequeño pueda colocar calcomanías (stickers) cada vez que va al baño.
• Mucho jugo, agua, leche o el líquido favorito de tu hijo.
• Ropa íntima de niño grande, ojalá con sus personajes favoritos, envuelta en papel de regalo.
• Pequeñas recompensas que tu hijo pueda ganar cada vez que va al baño, como dulces, juguetes o libros.
• Si puedes, invita a algún amiguito de tu hijo que ya vaya al baño a la fiesta. La visita debe ser corta, para no distraer mucho del objetivo, pero involúcralo también en el juego de ir al baño y ganar recompensas para que tu pequeño lo quiera imitar.
• Actividades divertidas que puedas realizar con tu hijo en casa, como películas, juegos, manualidades. El objetivo es mantener a tu hijo entretenido todo el día.

Inicia la celebración con mucha alegría, felicitando a tu hijo o hija porque ya está grande y listo para dejar los pañales. Dale los obsequios (la bacinilla, muñeco y el cuadro de recompensas), y ponle su ropa íntima de niño grande.

Si le das el muñeco, explícale que hoy va a aprender a usar el baño también, y es su responsabilidad enseñarle.

A lo largo de ese día, dale muchos líquidos a tu hijo para que tenga la necesidad de ir al baño. Inicia las actividades divertidas. Recuerda cantar las canciones sobre ir al baño y leer los libros que has estado utilizando en la etapa de lavado de cerebro.

Cada hora, anuncia que necesitas ir al baño y vas corriendo como si fuera muy divertido. Cuando terminas tú, dile a tu pequeño que es su turno y hazlo como un juego también. Si se sienta y va al baño, dale una recompensa. Si no, actúa como si no importase y vuelves a la actividad. Mantente atenta a las señales de urgencia (como cuando se oculta para orinar o se mueve con ansiedad) y motívalo para ir al baño sin presionarlo.

No les des importancia a los accidentes si los tiene. Límpialos y actúa con mucha empatía, repitiendo el mensaje “cuando estés listo irás al baño, como los niños grandes, pero parece que todavía no estás listo”. La clave es mantener un tono casual y no frustrarte.

El siguiente paso en enseñar a la muñeca a ir al baño. Dile a tu hijo que le explique qué debe hacer y la llevan juntos al baño. Estas muñecas funcionan con un poco de agua que debe “tomar” y orina inmediatamente. Colócala en la misma bacinilla que utiliza tu hijo.

Incluye también el paso de lavarse las manos después de usar el baño, para que sea parte de la rutina.

Continúa el día con las actividades, el líquido y viajes al baño. Recuerda no presionar a tu pequeño y tener mucha paciencia. Si por alguna razón no funcionara en un solo día, enfatiza de nuevo el mensaje “cuando estés listo irás, pero todavía no” y guarda todos los implementos en una caja grande. Dile a tu pequeño cuando esté listo para intentarlo de nuevo te avise, y entonces pueden sacar los juegos, muñeco, premios y demás. Dale un poco de tiempo e inténtalo de nuevo.

¿Te funcionó este sistema o tienes otro método? Comparte con nosotras en la sección de comentarios.